El camino del fútbol de Junior Araujo (2009) inició en
Santa Bárbara del Zulia, en una cancha de fútbol sala a sus cuatro años. Su
sueño de convertirse en un jugador profesional lo llevó a mudarse a Táchira y
Mérida. Desde 2023 hace vida en las categorías inferiores de Carabobo FC. El
extremo ha destacado en la categoría sub-15 de la Liga FUTVE Junior con los
granates y ha entrado en la órbita de la selección nacional comandada por
Marcelo Lamas.
"El fútbol lo es todo para mí", aseveró sin titubear el
zuliano. El amor por el balompié lo lleva en la sangre, ya que su padre, Ángel
Araujo, fue portero profesional de fútbol sala y también supo ser selección de
Venezuela. El consejo paterno es el de la constancia. "Mi papá me dice que
siempre luche por mis sueños", soltó el atacante. Aunque su progenitor se
encargaba de detener los goles, el capitán de la sub-15 granate tiene como
tarea generarlos con su velocidad y su capacidad de ganar duelos 1 vs 1.
No de gratis su ídolo en el fútbol internacional es Neymar
Jr. Dentro de la institución granate sus referentes son Michael Covea y José
Balza. Por eso Junior Araujo es sinónimo de espectáculo. La velocidad de sus
pies va acompañada por su fortaleza mental, al tener sus metas claras. "Nunca he querido tirar la toalla. Entendí
que tenía que luchar por el fútbol. Es lo que elegí y tengo que batallar hasta
conseguirlo", confesó el adolescente, que ha tenido la posibilidad de entrenar
con el primer equipo.
En cuanto a lo que pide su entrenador en la sub-15, Adonay
Camacho, expuso: "Me dice que haga mi juego. Que no le tenga miedo a nada". También
conversó sobre la responsabilidad de llevar la cinta de capitán y confesó: "No
me lo esperaba. Me cambió todo y sentí más amor por este equipo". Su historia
con el Carabobo inició con unos try-outs en enero y con el pasar de los meses
ha logrado consolidarse con los granates.
Araujo, que está totalmente adaptado a Valencia, tiene
entre ceja y ceja hacer su debut como profesional. "Siempre digo que quiero
jugar en el Misael Delgado. Tengo mucho amor a este equipo", soltó. Seguramente
ese día, celebrará con un plato de ensalada César y carne, su plato preferido. Mientras
lo logra, para desconectar del fútbol, juega béisbol en PlayStation -practicó
pelota de más niño, como jardinero central- o va a la Hermandad Gallega a
charlar con amigos.
Al paralelo batalla por ser parte del Sudamericano sub-15
con la Vinotinto, incluso tuvo la oportunidad de asistir a la gira por Argentina.
"Fue demasiado hermoso. Recibimos el apoyo de los jugadores que clasificaron al
Mundial sub-17 (…) Cuando tuvimos nuestro partido contra River Plate nos visitó
Salomón Rondón y se me puso la piel de gallina", relató Araujo. El extremo
reflexionó: "El cuerpo técnico me ha dicho que tengo mucho que corregir, pero
mi actitud es lo que me va a llevar a concretar esa meta". Es importante
destacar que en los primeros módulos probaron a Araujo como "9", lo que habla
de su polivalencia.
Su motor es su familia, en especial, su madre, que lloró
cuando recibió el llamado de Junior Araujo para notificarle su primera
convocatoria con la selección nacional sub-15. Mientras este extremo tiene que
lidiar con la añoranza de sus seres queridos, siendo aún un niño que le encanta
ver los Jóvenes Titanes, sus gambetas guían una ruta de color granate y
Vinotinto.